jueves, 16 de junio de 2011

Padre Beato Faustino Miguez



   Faustino Míguez nace en Xamirás, una aldea de Acevedo del Río, Celanova, en la provincia de Orense, el 24 de marzo de 1831. Bautizado al día siguiente, 25 de marzo, festividad de la Encarnación, en la iglesia parroquial con el nombre de Manuel. Recibe el sacramento de la confirmación en 1832. Es el cuarto hijo de una familia cristiana y trabajadora. Cada mañana y cada tarde, Dios se hace presente en este hogar con la oración sosegada de la familia unida en torno al fuego. Crece en ambiente de fe en Dios donde aprende la oración, el amor a María, la solidaridad con los más necesitados y la responsabilidad en el trabajo. El hogar familiar del Beato, era de grandes virtudes reconocidas por sus convecinos.
    Vive su consagración a Dios en la entrega a los niños y jóvenes con preferencia los más pobres y necesitados, "los pequeños, los sencillos", le han robado el corazón. La escuela es para él el lugar de encuentro con el Señor servido y amado en los más pequeños. Quiere informar a los alumnos en el amor de lo que es verdadero, noble, grande y sublime. Son reveladoras las palabras de uno de sus alumnos: "Era muy afable y cariñoso... nos trataba y se comportaba con cada uno de forma justa y equitativa". Estaba convencido de que el mejor camino para renovar la sociedad y hacer la felicidad humana es la educación, a la que consideraba "la obra más noble, la más grande y la más sublime del mundo porque abraza a todo el hombre tal como Dios lo ha concebido. Es la obra divina, la creación continuada, es la altísima misión de la Escuela Pía, misión del mayor interés y de la importancia más decisiva para la dignidad y dicha del individuo y de la familia como de la sociedad entera".
    Desde su experiencia, descubre la necesidad que tiene la niñez femenina de alguien que le guíe por el camino de la promoción humano-cristiana. Su respuesta para hacer presente el Reino entre los marginados con un nuevo proyecto de fundación: la Congregación de Hijas de la Divina Pastora cuyo fin es: "formar el corazón e ilustrar la inteligencia del bello sexo para hacerlo culto y civilizado según el espíritu de Jesucristo, a fin de que sea un día el alma de la familia y la salvación de la sociedad". La Congregación se extiende pronto por varios lugares de España, y en 1923 las Religiosas se hacen presentes en diversos países de América y África.
   El 25 de octubre de 1998, el Padre Faustino fue Beatificado en Roma, por el Papa Juan Pablo II.
   En la ciudad de Getafe, cerca de Madrid, en España, beato Faustino Míguez, religioso de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, que, promovido al sacerdocio, se entregó por entero a la tarea docente, consiguiendo gran prestigio de maestro y perito en ciencias naturales. Fue diligente en su actividad pastoral y fundó la Congregación de las Hijas de la Divina Pastora, Religiosas Calasancias.